Es hija de argentinos exiliados y nació en Francia pero representa a nuestro país. Fue medallista en los Juegos Panamericanos de Lima y sueña con ser olímpica en Tokio. Pero su vida es mucho más que deporte.
Camila Argüelles representa a Argentina en tenis de mesa, aunque nació en Francia. Es hija de exiliados, doctora en biología celular, feminista y militante por los derechos de la mujer. Sueña con ir a los Juegos Olímpicos de Tokio y con el desarrollo del colectivo que fundó: Deportistas Argentinas, a favor del aborto legal y por la igualdad de género en el deporte.
«Hay que cambiar un poco la idea del deportista con imagen pura, que sólo piensa en entrenar para ganar y no opina de nada», propone Camila, quien forma parte de la iniciativa junto a Constanza Garrone (tenis de mesa adaptado), Candela Cazzapa (taekwondo), Emma Kiernan (tenis), Valeria González (breaking), Mariángeles Cossar y Balbanera Ulla (ambas de vóley).
Argüelles, de 30 años y ganadora de la medalla de bronce en los Panamericanos de Lima 2019 (en doble mixto con Horacio Cifuentes), quiso organizar un «pañuelazo» en los Juegos pero no se dio. «Yo vivo en Francia, donde el aborto es legal desde 1975, y es un poco complicado conocer otras deportistas, no es que estoy siempre en el Cenard. Además el tenis de mesa es un deporte individual, chico. A veces con algunas compañeras de equipo coincidimos cuando se tratan temas de desigualdad de género pero no en el aborto. De todas formas, tratamos de hacer cosas», explica.
La movida del pañuelazo verde en Lima fue su segundo intento frustrado. En junio de 2019, Camila y un amigo que había ido a cubrir el Mundial de fútbol femenino a Francia hicieron una protesta en la previa al partido del seleccionado argentino contra Escocia en el estadio parisino Parque de los Príncipes.
El primer pañuelazo de Deportistas no fue en los Panamericanos pero sí a la vuelta de Lima, en agosto de 2019, con la participación de deportistas de diversas disciplinas en la puerta del Cenard. Además de pedir por el aborto legal, libre y gratuito, se manifestaron en contra de la venta del Cenard y su traslado al predio de Villa Soldati.
«No se militó demasiado contra la venta del Cenard. Muchos tal vez tenían miedo de hablar en contra y que les sacaran la beca, con la ola de despidos y persecución política que había con el macrismo. El deportista promedio no es un sujeto politizado, pero el miedo no te lleva a ningún lado. Están cambiando las mentalidades», opina Argüelles, que creció con ideales de la Revolución Cubana y el ejemplo de «Fidel y el Che», y va a todas las movilizaciones por los Derechos Humanos y las causas argentinas y latinoamericanas en París.
El último video que Deportistas Argentinas subió a las redes sociales fue uno contra la violencia de género en los hogares durante la cuarentena. «La violencia y los abusos en el deporte todavía son tabú. Queremos que las atletas encuentren un lugar de contención en este grupo. Falta organizarnos pero tratamos de nuclear gente de distintos deportes, sobre todo de los individuales donde se hace más difícil conectar».
Camila se recibió de doctora en biología celular y desarrollo en 2017, en la Universidad París Diderot, pero se dedica full time al tenis de mesa, además de trabajar online en la Subsecretaría de Deportes de la Provincia de Buenos Aires, en el comité asesor en ciencias del deporte.
«No sé si cambió tanto la situación del deporte, porque vivimos una pandemia, y no se puede hacer balance de esta gestión. El hecho de que no se venda el Cenard es una seguridad muy grande. Al Enard le habían sacado la independencia económica. Tener una beca es un plus enorme que nos da la chance de dedicarnos de lleno al deporte, algo que nos falta a los deportistas amateurs. En Francia el deporte es público. Da un acceso que no se compara con el deporte privado», plantea.
Todos los días se entrena con el objetivo de prepararse para el clasificatorio olímpico, que se iba a jugar en Rosario en abril de este año, pero se pospuso para la misma fecha en 2021 por el coronavirus. «El nivel está muy parejo y va a ser durísimo el preolímpico. Puede pasar cualquier cosa pero es un plus jugar en casa, a mí me genera una presión positiva», dice Camila, que tienen chances en individual pero también en el doble mixto con Cifuentes, el tricampeón argentino.
«Me gusta más jugar doble, lo disfruto mucho. A veces es más fácil resolver los partidos desde lo táctico y me da más confianza. Pero sería hermoso entrar a Tokio con el cupo que sea. Llegar a un Juego Olímpico es lo más grande que le puede pasar a un deportista», concluye Argüelles.
Fuente: Mundo D La Voz
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