El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) rechazó la apelación presentada por la atleta transgénero estadounidense Lia Thomas, quien fue excluida de las competencias femeninas por la Federación Internacional de Natación. World Aquatics comunicó esta resolución, considerándola un avance significativo en la protección del deporte femenino.
Thomas, de 25 años, comenzó su transición en 2019 y en marzo de 2022 se convirtió en la primera nadadora transgénero en ganar un título universitario en Estados Unidos, lo que generó controversia. Sus críticos argumentaban que tenía una ventaja fisiológica debido a su pasado como hombre. En respuesta, World Aquatics creó una «categoría abierta» para los atletas transgénero, separándolos de las competencias femeninas y masculinas.
Debido a esta decisión, Thomas no pudo participar en el preolímpico de natación para atletas estadounidenses, quedando fuera de los Juegos Olímpicos de París.
En 2022, 16 nadadoras estadounidenses presentaron quejas ante las autoridades deportivas alegando que Thomas, quien no destacaba cuando competía con hombres, obtenía una ventaja injusta al competir con mujeres. Este caso polarizó la opinión pública: mientras algunos creen que Thomas tiene una ventaja fisiológica injusta, otros defienden su derecho a competir como mujer.
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