Hay entrenadores que trabajan en silencio pero que salen al mundo y se hacen oír. Y, por eso, en espacio FAMUD en la sección “hombres con conciencia” te traemos la historia de Ariel Britos, director técnico de la Selección Argentina de Básquet para hipoacúsicos llamada “Los Topos”, un plantel que es ejemplo de voluntad, disciplina, perseverancia, respeto y reconocimiento. Hoy, según Ariel, son la «generación dorada del básquet para sordos”.
Lo apodan “El Chalo”. Siente y vive al básquet como pocos. Su sentido de pertenencia con “Los Topos” es tan grande que lo ha llevado a vender su camioneta para que puedan tener cubierto parte de los gastos que afrontaron para su participación en el mundial de Polonia.
Se ubican quintos a nivel mundial. Obtuvieron el tercer puesto en el panamericano de Brasil 2012. Salieron subcampeones en el Sudamericano Brasil 2014.
Hoy en día son referentes a nivel mundial en materia de deporte inclusivo. Y todos estos logros los fueron obteniendo sin sponsors, sin entrada de dinero. Poniendo garra, corazón y mucho profesionalismo.
Cuenta la breve historia que esta selección nació en el 2011. Ariel asumió como entrenador principal a fines de 2015. Tienen más de 25 jugadores de diversas provincias. Hacen campañas para captar deportistas hipoacúsicos a lo largo y ancho del país, aunque esto no es nada fácil. Al no ser un deporte considerado de élite, las facilidades no son las mismas al momento de salir a buscar y los jugadores que se van sumando surgen del “boca a boca”. A través de esta campaña incluyeron 3 jugadores más en la preselección.
El Deporte para personas con discapacidad auditiva no necesita adaptación en lo que se refiere a la condición física porque su complexión es prácticamente la misma que la de cualquier deportista sin discapacidad y esto precisamente les permite jugar en otros deportes convencionales como de hecho pasa con algunos jugadores. La adaptabilidad tiene que ver con la ayuda visual. Y, por supuesto, con el buen manejo de lengua de señas.
En cuanto a la competición de torneos, todos juegan sin audífonos o implantes cocleares para no correr con ventaja sobre otro jugador y estar todos en igualdad de condiciones. Si el árbitro necesita marcar alguna falta lo hace levantando las manos.
Actualmente el Comité Olímpico Internacional no incluye a las disciplinas para sordos, pero existe la Organización Mundial de Deportes para Hipoacúsicos que realiza competencias. Las sordolimpiadas, por ejemplo, se realizan cada cuatro años.
Ariel destacó la importancia de que, tanto las diferentes Secretarias de Deportes como la CABB (Confederación Argentina de Básquet) trabajen para impulsar el desarrollo del básquet adaptado para que se sigan abriendo caminos hacia la verdadera inclusión.
Porque en definitiva el deporte es eso: un factor de inclusión que sirve para que deportistas con discapacidad tengan el reconocimiento que merecen. Y más si se trata de jugadores que salen a la cancha a pelear por la bandera celeste y blanca. Ellos salen al mundo y se hacen oír.
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